Hace unos días terminó la puja en Ebay por un tocadiscos y unos cuantos discos que venían de regalo al comprar los pastelitos Cropan, en los años 80.
El aspecto de los discos era como un flexidisco pero de tamaño reducido, 4 o 5 centímetros a lo sumo. Estaban grabados por una sola cara, y se escuchaban haciéndolos girar con el dedo en un tocadiscos de cartoncillo, que tenía una pequeña aguja.
No disponía obviamente de altavoz alguno. El sonido se conseguía al ser amplificada por el cartón la vibración producida por la aguja al recorrer el surco del disco. Efecto similar se consigue uniendo el fondo de dos vasos de plástico por un cordel fino. Manteniéndo estirado el cordel tenemos el teléfono más simple que se pueda construir.
Recuerdo haber tenido uno, con un par de discos. Era algo inalcanzable en aquella época, pues no siempre se podía convencer a MAMÁ para que te comprase todos los caprichos.
Al pasar los años, curioseando por la red, me encontré con que no era el único que añoraba ese instante de mi infancia, quizás (seguro) precursor de mi gusto por la música. Pero, ah, volvía a ser igual de inaccesible. O quizás más.
Por el precio alcanzado, se puede comprar hoy en día un plato giradiscos con conexión USB incluida para poder digitalizar tu vieja colección de vinilos.
Aquí tenéis el enlace para poder recordarlo (actualizo el enlace al no estar YA disponible en EBAY el anuncio. Se trata de un estupendo blog acerca de coleccionismo):
http://richardguillamon.blogspot.com/2009/01/el-tocadiscos-de-cropan.html
Un dulce saludo.
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